El problema no es si el baño va en gris o beige, ni cuánto mide la encimera.

No quieres estar pendiente de sí el suelo llega el martes o si el fontanero dice que necesita más tiempo.

Yo me encargo. Diseño el espacio, bueno yo personalmente, no porque no sé hacerlo. Lo hace [nombre de quien lo haga].

También te explico cuánto vas a gastar, te asesoro si necesitas financiación y, lo mejor, te prometo que no vas a tener que pegarte con 15 gremios diferentes ni con frases como “esto no me toca a mí”.

¿Quieres invertir?

Te digo cuál es mejor para ti.

¿Vender tu casa?

Te aseguro que no pierdes un euro.

¿O reformarla?

Te la entrego lista para que no tengas que preocuparte ni por el color de las cortinas.

Lo que antes era caos, ahora es confianza.

En lugar de preocuparte por las miles de cosas que pueden salir mal, piensa qué película vas a ver en el salón cuando te dé las llaves.

Solo quieres confiar en alguien que haga que las cosas pasen, es así.

Déjamela a mí y piensa: ¿por qué no lo hice antes?